Warhammer 40,000: Gladius - Reinforcement Pack PC - DLC

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Acerca de Warhammer 40,000: Gladius - Pack de Refuerzos

• Los refuerzos se despliegan en el frente a medida que la guerra se intensifica. Los altos mandos de los cuatro ejércitos que luchan por el control de Gladius Prime envían escuadras que podrían inclinar la balanza del poder. Pero un nuevo e insidioso enemigo acecha en las sombras: han esperado su momento, y ahora están listos para atacar..
• ¡El Pack de Refuerzo trae cinco nuevas unidades a los campos de batalla de Gladius Prime!
• Una nueva unidad por facción, más una para los neutrales, que desempeñan un nuevo papel en la batalla y aumentan las opciones estratégicas disponibles para todos los comandantes.
• Los Vástagos del Militarum Tempestus son a menudo vistos con miedo o resentimiento por las tropas regulares - apodos como "chicos de la gloria" y "grandes soldados de juguete" son comunes. Sin embargo, este rencor no es nada para los propios Vástagos. Entrenados en operaciones encubiertas y en tácticas de ataque de inserción rápida, van a la batalla seguros de que todas sus acciones son por el bien del Imperio.
• Incluso antes de la biotransferencia, los Inmortales eran los soldados de élite de los Necrontyr y marchaban a la vanguardia de sus conquistas galácticas. Renacidos en incansables cuerpos metálicos, son ahora las tropas de choque de los ejércitos de cada mundo tumba. Mientras que los Guerreros Necrones no son más que carne para alimentar las armas del enemigo, los Inmortales son mucho más valiosos para sus Señores y serán desplegados en consecuencia. Fuertemente armados y acorazados, no se detendrán ante nada para completar los objetivos de sus amos, y a menudo se encontrarán en el centro de cualquier ofensiva aplastante o contraataque punitivo.
• Entre los más ricos y odiosos de su raza guerrera, los Flash Gitz viajan por la galaxia participando en actos de piratería escandalosa y vandalismo gratuito. Se alquilan como mercenarios a las bandas de guerra orcas, disfrutando de la envidia de los Boyz celosos de su llamativo equipo y su prodigiosa dakka. A pesar de su ostentación, los Flash Gitz dan a un Jefe de Guerra toda la potencia de muerte que paga. Completamente letales en los tiroteos, las acciones de abordaje y similares, una turba de Gitz abriendo fuego es nada menos que cataclísmica. Una lluvia de rayos de energía y balas llena el aire, y las víctimas de los Gitz de Flash se deshacen en medio de salpicaduras de sangre y flores de fuego antes de que los Gitz aplasten la vida de cualquiera que quede en pie.
• El suelo tiembla y los enemigos huyen despavoridos mientras el poderoso Land Raider avanza hacia la batalla. El noble motor de guerra, masivamente blindado y casi imparable, atraviesa los muros y tritura los restos mientras lanza una andanada tras otra de disparos al enemigo. Rayos de energía incandescente se abren paso entre los tanques enemigos, atravesando sus cascos blindados y reduciéndolos a bolas de fuego. Los proyectiles de perno golpean la carne del enemigo antes de detonar en impactantes salpicaduras de sangre. El recuento de muertes aumenta con cada momento que pasa mientras el Land Raider avanza por la zona de guerra, especialmente cuando la rampa de asalto del tanque se cierra de golpe y sus pasajeros Adeptus Astartes cargan para aumentar la carnicería.
• Todos los cultistas son ágiles y resistentes: curtidos por toda una vida de duro trabajo, su fuerza física y su capacidad de reacción se ven reforzadas por los genes alienígenas que se esconden en su interior. Los Híbridos Neófitos no llevan las marcas externas del toque sagrado del Patriarca; como les dicen sus líderes de prole, sus bendiciones son del alma más que del cuerpo. Estos híbridos de tercera y cuarta generación pueden pasar por humanos; algunos son incluso lo suficientemente astutos como para infiltrarse en el Astra Militarum. Cuando el culto pasa al ataque, estos neófitos muestran sus verdaderos colores. Saliendo de las alcantarillas, las catacumbas y los sombríos barracones, pululan entre sus enemigos en tal número que pueden hacerse con el control de las defensas de un planeta en las primeras horas de la conquista.

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